LA GRAN MISIÓN CONTINENTAL

Posted by: Señor Misericordioso / Category: , , , , ,

La Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en “estado permanente de misión” Se trata de fortalecer la dimensión misionera de la Iglesia en el Continente y desde el Continente. Esto conlleva la decisión de recorrer juntos un itinerario de conversión que nos lleve a ser discípulos misioneros de Jesucristo.
El “estado permanente de misión” implica ardor interior y confianza plena en el Señor, como también continuidad, firmeza y constancia para llevar nuestras naves mar adentro, con el soplo potente del Espíritu Santo, sin miedo a las tormentas, seguros de que la Providencia de Dios nos deparará grandes sorpresas

El mismo Espíritu despertará en nosotros la creatividad para encontrar formas diversas para acercarnos, incluso, a los ambientes más difíciles, desarrollando en el misionero la capacidad de convertirse en “pescador de hombres”.
La misión es un rasgo constitutivo de la Iglesia. Un objetivo esencial de la Misión Continental es tomar conciencia de que la dimensión misionera es parte constitutiva de la identidad de la Iglesia y del discípulo del Señor. Por eso, a partir del Kerigma, ella pretende vitalizar el encuentro con Cristo vivo y fortalecer el sentido de pertenencia eclesial, para que los bautizados pasen de evangelizados a evangelizadores y, a través de su testimonio y acción evangelizadora, nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños llegan a tener Vida plena en Él.


Medios para la Misión
a. Beber de la Palabra, lugar de encuentro con Jesucristo
b. Alimentarse de la Eucaristía
c. Construir la Iglesia como casa y escuela de comunión
d. Servir a la sociedad, en especial, a los pobres


LA PEDAGOGÍA DE LA ACCIÓN MISIÓN CONTINENTAL
Cinco aspectos de un proceso evangelizador
En el proceso de formación de los discípulos misioneros destacamos cinco aspectos fundamentales, que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí: el Encuentro con Jesucristo, la Conversión, el Discipulado, la Comunión y la Misión.

La misión, tarea de todos y para todos
  • La realización de la misión “requerirá la decidida colaboración de las Conferencias Episcopales y de cada diócesis en particular”
  • Cualquier esfuerzo misionero exige, de manera particular,la participación activa y comprometida de los fieles laicos en todas las etapas del proceso.
  • Para los miembros de los Institutos de Vida Consagrada, varones y mujeres que están llamados a dar un testimonio convincente de la alegría de ser pertenencia
    de Dios como discípulos y misioneros de Cristo, y de prodigarse generosamente al servicio de sus hijos, especialmente de los más marginados, y de manifestar en la Iglesia la multiplicidad de los dones carismáticos del Espíritu Santo, su participación en la Misión Continental, como grandes colaboradores de los Pastores, contribuirá fuertemente al despertar misionero de América Latina y del Caribe.
  • Los destinatarios (o “interlocutores”) de la misión somos todos, comenzando por los discípulos misioneros que animan el proceso evangelizador, pero especialmente debe dirigirse a los pobres, a los que sufren y a los alejados, e impulsar a los constructores de la sociedad a su misión cristiana de transformarla.

En la Basílica de nuestra Señora de Suyapa, el Cardenal Oscar Andrés Rodriguez realizo el envío a la Misión Continental, entregándole a cada misionero junto con su sacerdote el símbolo que lo guiara en su camino un tríptico

e invitándonos a todos a repetir esta plegaria:

Quédate con nosotros, Señor,
acompáñanos, aunque no siempre
hayamos sabido reconocerte.


Tú eres la Luz en nuestros corazones,
y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua.
Tú nos confortas en la fracción del pan,

para anunciar a nuestros hermanos
que en verdad Tú has resucitado
y nos has dado la misión de ser testigos
de tu victoria.


Quédate con nosotros, Señor,
Tú eres la Verdad misma,
eres el revelador del Padre,
ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra;
ayúdanos a sentir la belleza

de creer en ti.


Tú que eres la Vida,
quédate en nuestros hogares
para que caminen unidos,
y en ellos nazca la vida humana generosamente;
quédate, Jesús, con nuestros niños
y convoca a nuestros jóvenes
para construir contigo el mundo nuevo.


Quédate, Señor, con aquellos
a quienes en nuestras sociedades
se les niega justicia y libertad;
quédate con los pobres y humildes,
con los ancianos y enfermos.


Fortalece nuestra fe de discípulos
siempre atentos a tu voz de Buen Pastor.
Envíanos como tus alegres misioneros,
para que nuestros pueblos,
en ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo.

A María, tu Madre y nuestra Madre,
Señora de Guadalupe, Mujer vestida de Sol,
confiamos el Pueblo de Dios peregrino
en este inicio del tercer milenio cristiano.
Amén.

Y así se inicio esta gran Misión que esperamos en Cristo cumpla su objetivo primordial y lleve el Evangelio a todos los rincones del mundo...


"La Gran Misión Continental no es otra cosa que ese compromiso personal o en comunidad, para llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los rincones del continente".


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